Aunque la traducción y la interpretación son consideradas por mucha gente dentro del mismo estudio, hay quien opina que los estudios de la interpretación deben ser una especialización distinta. La verdad es que la interpretación, por definición, es la acción de traducir oralmente y por eso las similitudes entre las dos profesiones son muchas. Una de ellas es la función de transmitir información de una lengua a otra y otra es un conocimiento amplio por parte del traductor/intérprete de dos lenguas y sus estructuras. Sin embargo, en la práctica esas dos profesiones tienen cualidades propias que hacen una cierta separación entre los dos trabajos.
Quizás la diferencia más grande entre la traducción y la interpretación sea la duración del propio cambio de lenguas. “Un traductor puede traducir en un día entre mil y tres mil palabras, que es lo que se traduce en veinte minutos de interpretación” (Jiménez Ivars 2012:29). La presión de la restricción temporal durante la interpretación es inevitable, entonces se trata más con errores, correcciones, pausas, frases inacabadas, elementos de relleno en el habla, etc. Debido a esto el usuario de la interpretación suele ser más tolerante, porque lo importante es la compresión más que la perfección lingüística, mientras que el usuario de la traducción espera un mensaje exacto conforme a las reglas estructurales de las dos lenguas (Jiménez Ivars 2012:34).
Otra diferencia entre las dos profesiones es que el intérprete está presente durante la transmisión de la información. El tipo de fidelidad entre los usuarios y los interlocutores es distinto durante la interpretación porque el usuario tiene visible al intérprete, y aunque no puede entender el mensaje en el otro idioma, la presencia física del interlocutor y las miradas entre todos aseguran a los dos usuarios que el mensaje esté transmitido bien. Con la traducción, el usuario puede conocer al traductor o no – puede ser un cambio en el que el usuario pide la traducción y toda la comunicación pasa entre mensajes, o los dos pueden conocerse antes y/o después de la traducción. En los dos casos, el usuario no está presente cuando el traductor hace la traducción, y eso implica una cierta fidelidad distinta en comparación con la confianza entre un usuario y un intérprete.
También hay que tener en cuenta que el contexto social y cultural afecta más a la interpretación que a la traducción. Sí es necesario saber el contexto cultural básico de un texto para poder traducirlo eficazmente, pero conocimiento del contexto cultural es más indispensable para un intérprete. Es necesario saber el significado de cosas externas (el vestido, los gestos, el tono) y poder explicarlos en la otra lengua, que muchas veces tiene una cultura diferente. Por eso, la interpretación “se trata de una actividad que está constantemente en contacto con el mundo, con la sociedad y con las culturas, con modos de vida diversos y con los problemas y vivencias más íntimas del ser humano” (Vidal Claramonte 2007:109). En la práctica eso es una diferencia grande entre las dos profesiones.
Para una descripción simple de las diferencias básicas entre la traducción y la interpretación, consulte al siguiente vídeo.
Bibliografía de referencia
Jiménez Ivars, Amparo María. Primeros
pasos hacia la interpretación inglés-español. Castelló De La Plana: Universitat Jaume I,
2012. Print.
Vidal
Claramonte, María Carmen África. “Traducciones entre culturas: Lenguas, conflictos, diálogos, fronteras.” Problemas lingüísticos en la traducción especilizada.
Ed. Pedro A Fuertes Olivera.
Valladolid: Universidad de Valladolid,
2007. 109-118. Print.
¡Muy interesante!
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