Hasta
ahora la única dificultad discutida en las entradas ha sido los signos no
verbales. Esta entrada se enfocará en las otras dificultades de la interpretación que
pueden producir una falta de comprensión en los participantes.
La
comunicación normal entre dos hablantes de la misma lengua es susceptible a
faltas de comprensión tanto causadas por los hablantes como incontrolables. Lo
mismo ocurre con la interpretación, pero en esos casos hay tres partes que
afectan a la calidad de comprensión. Los elementos que están fuera del control
del intérprete incluyen las condiciones del lugar de la interpretación, el
acento del hablante y la velocidad del hablante (Jiménez Ivars 2012:34). El
intérprete también tiene obstáculos personales que incluyen su acento, memoria
y familiaridad con el tema de la interpretación.
Las
condiciones del lugar varían según el ámbito-género de la interpretación, pero
muchos pueden ser ambientes difíciles, con ruidos u otras distracciones para el
intérprete. Los intérpretes buenos tienen la capacidad de concentrarse en todo
tipo de ambiente, pero a veces es difícil, por ejemplo si viene una urgencia a
la misma sala del hospital donde ocurre una interpretación médica. El acento y
la velocidad del hablante son otras dificultades que no pueden ser
completamente controlados por el intérprete. Antes de la interpretación, el
intérprete debe decir a los participantes que es importante que hablen con
claridad, pero como la velocidad es un indicador de la actitud del hablante que
hay que respetar, esta supone un factor que escapa al control del intérprete.
El
acento puede suponer una doble dificultad: por una parte, en la audición de los participantes, y por otra, en la propia forma de hablar del intérprete. Un intérprete es un hablante dos lenguas por lo menos, y excepto en los casos de un intérprete bilingüe, tiene una
lengua A, su lengua materna, y una lengua B, con la que tiene una capacidad de
fluidez y un conocimiento alto. Como la lengua B es una lengua aprendida,
adquirida; el intérprete puede tener, para el oído de un hablante de la lengua
B materno, un acento que le resulta difícil entender. Por ejemplo, “[hablantes
de inglés como segunda lengua o lengua extranjera] substitute English phonemes
that do not exist in their native language with ones that exist, the resulting
deviation may thus hinder word recognition (i.e. meaning retrieval) by the
listener” (I-Hsin 2013:34). Una diferencia no solo en la pronunciación de fonemas
sino también en el tono, estrés y ritmo de sílabas (conjuntos de fonemas) pueden
producir la variación que oye y después confunde un hablante materno de la lengua
B. La dificultad para el intérprete con respeto al acento es su familiaridad con
las tendencias lingüísticas del hablante. Normalmente el intérprete tiene un
tipo específico de la lengua B que habla (i.e. español
latinoamericano, no español castellano) pero eso no evita los problemas que derivan de la diversidad de registros lingüísticos de cada individuo.
La buena
memoria de un intérprete es imprescindible para una compresión total del
mensaje. “Many people overlook listening as a component of memory” y por eso
hay unas estrategias que debe utilizar un intérprete para escuchar y coger los datos
importantes durante una interpretación (Portillo Campos 2009:487). Es
importante no estar tan concentrado en los detalles específicos de un discurso
que pierde el significado del mensaje completo. Muchos intérpretes toman
apuntes para evitar este problema, principalmente durante las interpretaciones
consecutivas. La diferencia entre las memorias de los intérpretes experimentados (de una lengua
A y B) y los intérpretes bilingües es interesante. Después de un fragmento de
Valeria Daró sobre el olvido durante la interpretación, Katrin Vanhecke dijo en
su tesis doctoral sobre la cognición de la interpretación simultánea que “Esto
sugiere que la memoria no sólo es importante en el proceso de la interpretación
sino también en el olvido y en la selección de la información secundaria…en el
procesamiento de información secundaria [los intérpretes no bilingües] eran
capaces de analizar mejor. Esto puede tener que ver con la habilidad de obviar
y olvidar información no relevante que podría ser recordada en el momento menos
adecuado si hubiera sido almacenada” (122-123). De todas formas, la habilidad
de acordarse de todo es una dificultad enfrentada por todos los intérpretes y
algo que requiere entrenamiento y práctica.
Es
evidente que los intérpretes son susceptibles de sufrir de muchas dificultades durante el
proceso de la transmisión de información. Algunas son inevitables, como el
estado del ambiente y lugar o la actitud y velocidad del habla de los
participantes. Otras son barreras más propias del intérprete y su formación –
en cuanto al acento no materno y la memoria. En la siguiente entrada se desarrollará
las dificultades presentadas por las palabras de los participantes y la ambigüedad.
Bibliografía de referencia
I-Hsin, Iris Lin, Ann Chang Feng-Lan, and Kuo Feng-Lan.
"The Impact of Non-native Accented English on Rendition Accuracy in
Simultaneous Interpreting." The International Journal of Translation and
Interpreting Research 5.2
(2013): 30-44. Print.
Jiménez
Ivars, Amparo María. Primeros pasos hacia la interpretación
inglés-español. Castelló
De La Plana: Universitat Jaume I, 2012. Print.
Portillo
Campos, Vilma, Alessio Zanier Visintin, and Ruth Cordova Baruch. Main Problems of Language and Communication in Interpretation. V Foro de Estudios en Lengua Internacional. Universidad De Quintana Roo (2009): 481-491.
Web. 15 Mar. 2014.
Vanhecke,
Katrin. "La interpretación simultánea vista desde una perspectiva
cognitiva: Análisis de aptitudes para la interpretación y
propuesta metodológica de la enseñanza de la interpretación en España."
Thesis. Ed. Emilio Ortega Arjonilla. Universidad de Málaga, 2008. Print.
No comments:
Post a Comment