“Solo
un intérprete torpe traduce literalmente.” – Cicerón
Como se ha dicho en entradas anteriores, una de las diferencias entre la traducción y la
interpretación es que la interpretación trata de la conversión de la lengua
hablada y no de la lengua escrita. Por supuesto, y porque es una interacción
social, hay cosas no propias del lenguaje que afectan a la transmisión del
mensaje. Las tres entradas siguientes tratarán sobre este tema. La primera es la
interpretación no verbal, que es tan importante en la transmisión de ideas como
las propias palabras.
Un intérprete tiene que ser capaz de identificar
“los rasgos culturales expresados en los códigos paralingüísticos, kinésicos y
proxémicos” (Jiménez Ivars 2002:5). Estas cualidades suelen variar entre
comunidades culturales. La paralingüística se refiere al comportamiento no verbal
que está expresado por los elementos fónicos de la lengua. La kinésica y la
proxémica se refieren a los movimientos del cuerpo y a la distancia entre los
interlocutores, respectivamente.
Cuándo
se alude a la paralingüística, tratamos de una serie de sonidos que hace el
ser humano con los puntos de articulación, que pueden transmitir
información. Una tos, un bostezo, el control del volumen que utiliza la persona,
el tono y el ritmo son todos elementos importantes para la comunicación total.
Son tanto culturales como personales, y el intérprete tiene el trabajo de, sin
conocer previamente al cliente, reconocer estos elementos y contarlos de una forma
adecuada. Además, las pausas y momentos de silencio son necesarios para el mensaje.
“Las pausas vacías de un discurso están cargadas de significado, constituyen
elementos retóricos claves que pueden dar énfasis a un discurso, reflexionar o
imponerse por las circunstancias sociales y las propias del entorno (Valiente
Boloy 2013:8).
Dentro
del kinésico, son importantes los gestos, los movimientos y las posturas. Hay
dos tipos de gestos normales, faciales y corporales, y los dos pueden ser
voluntarios o involuntarios. Los movimientos y la postura del cuerpo también
indican una cierta comunicación. Para intérpretes, es importante ver y
transmitir si la kinésica de una persona confluye o contradice sus palabras. El
mensaje “no le hice daño” es completamente distinto si el hablante se mueve
mucho sin tener contacto visual en lugar de sentarse derecho y mirar a los ojos
del investigador.
Es
evidente que el intérprete tiene la obligación de interpretar no solo las
palabras de los interlocutores, sino también sus acciones y su manera de
hablar. Sin embargo, la comunicación de estos elementos no verbales puede
causar una dificultad. Un problema común de la interpretación es que los
participantes, especialmente si no están acostumbrados a conversaciones
bilingües, tienen la tendencia de hablar directamente a quien hable su lengua;
al intérprete. Es aún más fácil para los participantes porque el intérprete
descodifica todos los signos no verbales, y a veces parece a los participantes que el intérprete es más un interlocutor que un facilitador. Muchas veces esta acción es
involuntaria y los buenos intérpretes deben decir a los participantes antes de
empezar que el objetivo es que les hablan entre ellos como si estuvieran
hablando la misma lengua. Un estudio de la interpretación para niños dice: “…it
seems important to arrange for non-verbal communication between the primary
interlocutors, so that the child is not left with the understanding that she is
talking principally to the interpreter” y después describe que no solo es una
característica de las interpretaciones para niños sino una dificultad general
de la interpretación (Nilsen 2013:27).
El
trabajo de Valiente Boloy suma la importancia de la comunicación no verbal
durante la interpretación según los criterios de Besson, Graf, Hartung,
Krophäusser y Voissard, expuestos en 2004. Un intérprete debe tener siempre en
cuenta y respetar la entonación y tono de voz, los sonidos, la postura y las
expresiones faciales y el uso de pausas de los participantes. Además de usar
estas cosas para dar el mensaje, un intérprete tiene que establecer
comunicación no verbal directa entre los hablantes principales.
Definitivamente, estas características son propias de la interpretación (y no
de la traducción) e influyen al trabajo complejo de esta profesión.
Bibliografía de referencia
Jiménez Ivars, Amparo. "Variedades de Interpretación:
Modalidades y Tipos." Hermēneus. Revista de
Traducción e Interpretación 2002: 1-15. Print.
Nilsen, Anne Birgitta.
"Exploring Interpreting for Young Children." The
International Journal of Translation and Interpreting Research 5.2 (2013): 14-29. Print.
Valiente
Boloy, Yadilka. "La comunicación no verbal y su relación con la interpretación." Canadian
Translators, Terminologists and Interpreters Council. Proc. of 8th Symposium on Translation,
Terminology and Interpretation in Cuba and Canada, Havana. N.p., 2013. Web. 15 Mar.
2014.
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